Remitiéndonos a nuestra querida Lima, ella está llena de historias sobre apariciones, fantasmas y hechos curiosos que su gente ha ido pasando de generación en generación en las noches de luna llena en los callejones y solares antiguos que eran una especie de barrios y ciudades dentro del mismo barrio. Empezaré por una leyenda suave nomás para que no vayan a pensar que los quiero asustar o no dejarlos dormir esta noche.
En la cuadra 8 del Jr. Puno, en los Barrios Altos, existía un callejón antiguo que se cuenta fue uno de los bastiones de la Resistencia durante los infaustos años de ocupación que sufrió nuestra ciudad en la Guerra del Pacífico. El "Callejón de La Confianza" era una especie de otro barrio dentro del mismo barrio, característica que aún conservan algunos callejones que siguen en pie. Se cuenta que no había día en que no apareciera un soldado chileno muerto en el Callejón de La Confianza. Cuando las fuerzas militares iban a preguntar, al callejón, sobre quien había sido el culpable de las muertes, la gente solía responder que en ese callejón todos eran "ángelitos del Señor" así que alguien de fuera debió haberlos traído de noche. El callejón aquel ya desapareció, pero lo que se cuenta del papel que desempeñó en rechazo a la ocupación extranjera sigue contándose en las noches en que la gente de esa zona suele reunirse a rememorar una Lima que va cambiando poco a poco.
En la cuadra 8 del Jr. Puno, en los Barrios Altos, existía un callejón antiguo que se cuenta fue uno de los bastiones de la Resistencia durante los infaustos años de ocupación que sufrió nuestra ciudad en la Guerra del Pacífico. El "Callejón de La Confianza" era una especie de otro barrio dentro del mismo barrio, característica que aún conservan algunos callejones que siguen en pie. Se cuenta que no había día en que no apareciera un soldado chileno muerto en el Callejón de La Confianza. Cuando las fuerzas militares iban a preguntar, al callejón, sobre quien había sido el culpable de las muertes, la gente solía responder que en ese callejón todos eran "ángelitos del Señor" así que alguien de fuera debió haberlos traído de noche. El callejón aquel ya desapareció, pero lo que se cuenta del papel que desempeñó en rechazo a la ocupación extranjera sigue contándose en las noches en que la gente de esa zona suele reunirse a rememorar una Lima que va cambiando poco a poco.
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